Historias del Gen Dominante

Evolución de la Capital Nacional del Deportista: Capítulo 1

EL PRIMER POTRERO, EL PRIMER CLUB

Hacia 1915 la vida de Río Tercero era monótona, interrumpida por alguna que otra fiesta en las fechas patrias y la llegada del tren, que traía caras nuevas. Para romper esa pasividad un grupo de jóvenes, entre la última cuadra del pueblo y el alambrado del campo, en un espacio destinado a ser la plaza principal (actual Plaza San Martín), se juntaban a correr detrás de una pelota y patearla, jugando un deporte que ya había ganado el corazón de los jóvenes argentinos, el foot-ball.

Nacía así el primer “potrero” del poblado conocido por entonces como “Modesto Acuña”. Según relatos de los primeros pobladores, allí se juntaban todas las tardes y debían acordonar la cancha y atar los caballos para que no se metieran al campo de juego.

Fue precisamente en ese lugar en el que estos primeros jóvenes deportistas riotercerenses decidieron crear un club, nació así lo que llamaron el Club Atlético Río Tercero. La primera casaca de Atlético fue roja con cuello y puños blancos. Luego adoptó una blanca y finalmente la tradicional blanca con bastones verticales azules.

Club Atlético Rio Tercero de 1930

Aquel potrero se convirtió oficialmente en la primera cancha del club, ocupando la manzana que luego sería la plaza Roque Sáenz Peña, más tarde denominada San Martín. El lugar era una de las últimas manzanas del pueblo y fue utilizado como cancha cuando no hacía falta como paseo público. Solo a un costado estaba la Escuela Fiscal, hoy Modesto Acuña y del otro lado una precaria construcción destinada a comisaría.

Cuando comenzó a organizarse el Municipio, a principios de la década del ’20, se les reclamó que dejaran el predio destinado a plaza y que el flamante club utilizaba como cancha. Para ese entonces, Zoila Rosa Acuña (hija del fundador de Rio Tercero) y su esposo Pedro Marín Maroto, ya eran protagonistas centrales del desarrollo del pueblo. Al fallecer Modesto Acuña el fundador, en octubre de 1915, la tarea de administrar los campos y las propiedades heredadas, además de hacer crecer el pueblo recién fundado, le correspondió a ellos, junto a doña Zoila Torres, la viuda de don Modesto.

Pedro Marín Maroto había sido designado presidente honorario del club, por tal motivo los socios más activos le solicitan, en calidad de préstamo, algún terreno disponible. Así obtienen la posibilidad de utilizar como nuevo campo de juego un terreno ubicado sobre la actual calle Roque Sáenz Peña casi esquina Colón. Hasta que en el año 1929 se mudaron definitivamente a la esquina de Avenida Savio y Esperanza.

Club Atlético Rio Tercero de 1935


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