Historias del Gen Dominante

La llegada del atletismo a Río Tercero

En agosto de 1945 el mundo se convulsionaba cuando los aviones norteamericanos lanzaban bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. La Segunda Guerra Mundial estaba terminando, mientras en el “Club Casino”, la institución fundada por trabajadores de la Fábrica de Munición de Artillería Militar, la realidad era otra.

Todo el entusiasmo y el deseo de hacer grande su propio espacio deportivo, hacía que repartieran sus horas trabajando por la defensa nacional y por el engrandecimiento de su club. Uno de ellos era Marciano Melo, un técnico que había sido capacitado en Alemania para instalar las máquinas de la fábrica, oriundo de Junín, Buenos Aires, y apasionado por la docencia y el atletismo.

Su vocación de docente lo llevó a ser uno de los pioneros de la creación de la Escuela de Aprendices, que se formó con el propósito de brindar mano de obra especializada al establecimiento industrial. Marciano, no solo daba clases en esa escuela, sino que también comenzó a incentivar a varios jóvenes alumnos en la práctica del atletismo. Así es como aparecen los primeros atletas riotercerenses.

En 1947, con un gran despliegue de todas las actividades que ya se estaban realizando, se inauguró la pista de atletismo, sobre un predio de 2000 metros donde ya funcionaba un circuito para carreras de autos y motos. La pista fue realizada con la colaboración de los mismos alumnos y del personal de la Municipalidad junto a los de la Cooperativa de Luz y Fuerza, como se llamaba por entonces.

Como todo lo realizado por el club Casino, con el apoyo de la Fábrica y la comunidad, la pista se convirtió en una de las mejores de la provincia con dimensiones olímpicas. Y así en esta década otra disciplina deportiva formalmente organizada aparecía, el atletismo. El Casino comenzaba a convertirse en el club más completo en cuanto a deportes organizados.

FUENTE: Libro “Nuestro Gen Dominante”, de Marcelo Calderón

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