Historias del Gen Dominante

Un paseo en canoas al Monumento de la Bandera

En los años 80′ el gran furor deportivo que se vivía en la ciudad, motivaba a todos a poner a prueba sus límites, experimentar nuevos desafíos y disfrutar de nuevas hazañas deportivas.

En febrero de 1985 un grupo de remeros integrado por Alberto Charras, Eduardo Germanetto, Fernando Bergamín, Luis Bivoit, Robert Sandrone, Eduardo Villalón, Claudio Papini y Jorge Canela (protagonista del viaje en bicicleta al Obelisco), se dispusieron realizar una travesía en seis embarcaciones individuales y una doble, desde Río Tercero hasta el Monumento a la Bandera en la ciudad de Rosario.

El viaje tuvo una extensión de 800 kilómetros por el río Tercero, su continuación al Carcarañá en Santa Fe, hasta desembocar en Puerto Gaboto y de ahí recorrieron 65 kilómetros por el Paraná hasta llegar a la “cuna de la bandera”.

Para no dificultar con peso innecesario el manejo de la embarcación, cada integrante de la travesía llevaba un equipo individual bastante reducido: algo de ropa, los elementos de rancho y los alimentos solo para el día. El apoyo terrestre lo realizaron los padres de Robert Sandrone, quienes en una camioneta, llevaban las carpas, algunos repuestos y accesorios por cualquier inconveniente que pudiera surgir en el trayecto.

Los puntos de contacto fueron Villa María, Inriville y Cruz Alta en la provincia de Córdoba y la ciudad de Carcarañá y Puerto Gaboto en Santa Fe. El viaje estaba previsto realizarse en 10 días, pero debido al importante caudal de agua que tenían los ríos, aprovecharon remar entre 8 y 10 horas por día, logrando cumplir su objetivo antes de lo previsto. Los aventureros deportistas llegaron a la ciudad de Rosario, después de ocho días de navegación.

En 1978 dos hermanos de apellido García habían realizado una travesía similar pero según se dice, llegaron hasta la desembocadura del Carcarañá, en 28 días de travesía. Estos ocho remeros fueron los primeros riotercerenses en llegar bien al frente del Monumento a la Bandera y fueron recibidos por una embarcación de Prefectura Naval Argentina, quienes certificaron la hazaña realizada.

Fuente: libro NUESTRO GEN DOMINANTE, de Marcelo Calderón

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