24 Horas de Le Mans: “Pechito” López, ante “la carrera que todo el mundo quiere ganar”
El mate, fiel compañero que en cualquiera de los destinos por donde se mueve el calendario del Mundial de Resistencia (WEC), estuvo presente en la charla que José María Pechito López mantuvo con los medios latinoamericanos. El contacto con la prensa tuvo un motivo singular: el fin de semana, el cordobés, junto con sus compañeros Mike Conway y Kamui Kobayashi, intentará repetir la victoria en las míticas 24 Horas de Le Mans, la tercera estación del campeonato.
Después de un inicio en el que Pechito protagonizó un espectacular accidente en Sebring, la tripulación se recuperó con la victoria en las 6 Horas de Spa-Francorchamps y arribará a la cita en alza, con el deseo de presionar a Alpine, que se ofrece como sorprendente puntero con los franceses Nicolás Lapierre, Matthieu Vaxiviere y el brasileño Andrés Negrao. “Estamos muy bien como equipo y estoy muy bien como piloto… El accidente en Sebring me quitó esa confianza que tenía, pero la recuperé en Spa y ayer [por el domingo] en las pruebas me sentí muy bien, muy cómodo, como nunca antes en esta carrera, siendo el piloto más rápido de los dos autos. Espero poder seguir trasladando estas sensaciones en el auto durante toda la semana, que es lo que más importa”, señaló el piloto, de 39 años, el segundo argentino en ganar la competencia, después del logro de José Froilán González (Ferrari) en 1954.
Junto con el Gran Premio de Mónaco y las 500 Millas de Indianápolis, las 24 Horas de Le Mans compone la Triple Corona del automovilismo, ese trofeo sin corona y que solamente Graham Hill hizo realidad, al ganar las tres competencias. “Es la carrera que todo el mundo quiere ganar, independientemente de lo que pase en el campeonato, porque es una carrera demasiado grande e importante en la historia del automovilismo. Estamos con ganas y ojalá podamos hacer una buena carrera: con el sistema BoP [Balance de Performance] los otros competidores están cerca y fuertes, pero hay que analizar porque mucha gente en las pruebas guarda para sacar diferencia en la carrera”, relató Pechito, que como sus compañeros de auto y la restante tripulación de Toyota Gazoo Racing -Sebastien Buemi, Brendon Hartley y Ryo Hyrakawa, que conducen el auto N°8- observan al BoP como un rival más en la batalla.
“Es para equiparar el rendimiento, por una cuestión de presupuesto, porque hay equipos que no tienen los recursos de pelear. La FIA [Federación Internacional del Automóvil] tiene un sistema complejo que determina a través de sensores y otros elementos porqué y dónde un auto está funcionando más rápido para poder darle o quitarle y así emparejar. A veces, como vimos en Sebring, se puede equivocar la FIA. Este año es complejo, además, porque nosotros estamos tratando de equiparar la performance de un auto como el Alpine, que es totalmente distinto: es un sport-prototipo, más liviano, y dependiendo las pistas cambia mucho el rendimiento. Los balances de performance hay que entenderlos, pero llegó al automovilismo para quedarse. Si bien no es algo que sea puro o nos guste, es una manera de mantener vivo al automovilismo y así incentivar a otras marcas y competidores a unirse a un campeonato donde hay estructuras muy fuertes, como Toyota Gazoo Racing”, explica López, acerca de lo que resulta un enemigo oculto y que la FIA intenta controlar para darle competitividad y atraer a nuevos Constructores: Peugeot se unirá tras la cita en las 6 Horas de Monza y Porsche, Lamborghini, Ferrari y BMW lo harán a partir de 2023.
Le Mans, por duración, es prácticamente un campeonato dentro de una carrera. Y descubrir cómo hay que encarar el desafío es una tarea que incluye a tres pilotos y un millar de personas, entre los ingenieros y los operarios que trabajan en las fábricas de Alemania y Japón para Toyota Gazoo Racing.
“En esta carrera se tiene que aprender en qué momento acelerar y en qué momento cuidar. Hay reducir el margen de error al mínimo, porque uno se enfrenta a condiciones inesperadas vuelta a vuelta: por ejemplo, nosotros sobrepasamos más de 10 autos por giro. La paciencia es fundamental para saber entender los momentos de la pista, del auto, porque en este tipo de carrera muchas veces pasa que sos más lento por una condición de pista determinada y no hay que volverse loco con esas situaciones. Hay que aprender a sentir el auto, el momento y el ritmo que te va imponiendo la carrera”, aconseja Pechito, que en su primera experiencia aprendió a no mirar de frente al auto cuando entra al pit: la potencia de las luces es tan fuerte que las dos primeras vueltas que giró con luz artificial lo hizo prácticamente a ciegas, tras fijar la vista en los focos.
“La magnitud, la gente, lo que significa Le Mans, te lleva a sentirla. Todo el mundo me decía que Le Mans te tiene que elegir a vos, no sos vos el que elije Le Mans para ganar. Y lo fui entendiendo, porque es una carrera que tiene su mística. Pasan cosas que no las podés creer y aprendés a respetar. Sos un privilegiado de estar ahí y lo tenés que disfrutar, ya no hablo de estar en el equipo en el que estoy ni de haber ganado, si no de participar. Son poco los que llegan con reales posibilidades de ganar”, explica sobre el sentido que tiene la carrera que empezó a correrse en 1923, que tiene a Audi como la fábrica con más éxitos y que ofrece a Toyota como ganador en las últimas cuatro carreras: tres veces con el modelo TS050 Hybrid y la última con el GR010 Hybrid.
El accidente en Sebring no desenfocó a Pechito López, que para la siguiente cita en Spa-Francorchamps demostró la jerarquía que lo envuelve y que lo tiene como quíntuple campeón del mundo, con tres coronas en el Mundial de Turismo (WTCC) y dos en WEC. “Son cosas que uno no quiere que pasen, pero pasan. Hay que pensar que no fuiste el único, porque le pasó a los más grandes de la historia. Los riesgos están y se corre al límite y, como piloto, los límites los tengo siempre, aunque cuando uno va tan rápido ese límite se hace chiquito. En este nivel no tenés el lujo de ponerte a pensar mucho, si no de actuar y seguir: las carreras siguen y los otros pilotos también. Mostrar debilidad o una extrema precaución pueden jugarte en contra, contra el puesto. Tuve mi tiempo para aprender y entender lo que pasó y la carrera de Spa me sirvió para que la confianza y las ganas estén iguales”, explica sobre cómo actúa un piloto, tras un error. Y el miedo es una palabra que está prácticamente prohibida en el ambiente: “Hay respeto de lo que uno hace. Cuando se pierde el respeto y por demás, están esas pequeñas alarmas que son los accidentes que te hacen entrar en la conciencia del riesgo que se genera correr carrera de autos de este tipo. Yo siento mucho respeto por lo que hago. Si el piloto siente miedo es difícil competir. Porque si se piensa en esas cosas, en los temores que hay, puede terminar perjudicado. Siempre hay que respetar que uno hace un deporte extremo, de riesgo”.
Mañana será el turno de nuevos entrenamientos y de la práctica de clasificación. El jueves, Kobayashi intentará adueñarse de la Hiper-pole para iniciar el sábado con las mejores sensaciones la aventura número 90 de la historia de las 24 Horas de Le Mans. “Ser ganador te convierte en parte de ese grupo selecto de pilotos, es como ganar un Grand Slam de tenis. Y cuando ganás una vez, después querés volver a ganar. Y eso es lo que vamos a buscar. Siempre que haya un desafío nuevo para ser el mejor, eso te ayuda a seguir esforzándote”, expuso Pechito López, que está dispuesto a reescribir la historia propia y la de Le Mans.
Fuente: LA NACIÓN