César Herrera: Una voz que seguirá resonando en el éter riotercerense
Aunque ya muchos sabían de su delicado estado de salud, el fallecimiento de César “Verdad” Herrera causó un notable impacto, como podía esperarse de alguien con semejante trayectoria en medios de comunicación de la ciudad.

Apoyándonos en el libro Nuestro Gen Dominante, de Marcelo Calderón, no queremos dejar pasar la oportunidad, por mas indeseada que sea, de rendirle un humilde tributo, recordando el legado de una personalidad que llevó su capacidad de relator a diferentes deportes, más allá de estar identificado con el básquetbol.
En 1972, Aldo Alignani, un pionero de los medios locales, eligió a César Herrera como responsable de los servicios informativos y deportes, en la recientemente creada LV26.

César, un joven que había estudiado periodismo en Mendoza y había comenzado realizando algunos trabajos periodísticos en aquella provincia, estaba radicado nuevamente en nuestra ciudad, escribía sobre básquet para el semanario Crónica y cubría los torneos más importantes de este deporte.
El 9 de septiembre de ese año, el mismo día en que salió al aire la emisora, se realizó un programa exclusivo de deportes, llamado Deportemas, que hoy sigue al aire. Completaban el equipo: Marcelo Ferreyra, Pedro Nossotti, Juan José Rissolo, Hugo Pesce, “el colorado” Esquivel, Orlando Pereyra y Jorge Galliano, el conductor actual.
En esos primeros años, César fue el relator de las transmisiones de fútbol, con Víctor Hugo Tenaguillo como locutor comercial y los comentarios de Galliano, aunque su especialidad era el básquet y llegó a convertirse en uno de los mejores relatores del país de este deporte. La exactitud y la emoción que transmitía en el desarrollo del encuentro, lo llevó a ser conocido con el nombre completo de César “Verdad” Herrera. Los comentarios eran de Marcelo Ferreyra y la locución comercial también estaba a cargo de Tenaguillo. Ramón “Quito” Rodríguez era el operador técnico de casi todos estos eventos y Nossotti hacía la producción publicitaria.
Afianzado el trabajo del equipo de “Deportemas”, LV 26 comenzó a cubrir todo tipo de eventos deportivos importantes. Carreras de Fórmula 1 y torneos de tenis de nivel internacional donde participaba Ivanna Madruga, son algunos de los eventos de jerarquía que tuvieron a César como enviado. Directamente desde el lugar de los hechos, obtenía importantes notas con reconocidos protagonistas del deporte del momento. Para el Mundial de Futbol de 1978, LV 26 fue una de las pocas radios de Córdoba que tuvo tres periodistas acreditados, entre ellos, Cesar, junto a Galliano y Rodríguez.

Bastante más acá en el tiempo, Fabián Menichetti lo entrevistó para la revista Depor3 y acá reproducimos aquel trabajo que tuvo como título “La Verdad del César”.
“Relaté Fórmula 1, sin saber manejar un auto”, bromea César Luis Herrera, locutor, periodista y relator deportivo. Lo señalado, no es a modo de broma. Es la
“Verdad”, tal su apodo como relator.
La entrevista se realiza en su casa, en un alto de lo que está haciendo en ese momento. Prepara su programa “Sereno”, el ciclo de LV 26 Radio Río Tercero, que desde mayo de 1996 acompaña a quienes trascienden la medianoche. El “Sereno” surgió de la necesidad que tenía la población, entonces, luego de lo ocurrido
en noviembre de 1995, de contar con una radio que estuviera presente, en la madrugada. Hizo historia, porque se transformó, LV 26, en la única AM del interior provincial en transmitir las 24 horas con programación propia.
César, es así: prepara su programa puntillosamente. Y no solo se concentra en su espacio, sino que lo acompañan en ese reducto, mientras lo hace, varios receptores, con LV 26, y otras emisoras. Ya jubilado, esa pasión, continúa latente. Nunca se marchó. Se despertó cuando era muy joven, al finalizar el secundario en el Nacional José Hernández, en 1966. “En el ’67, mi idea era estudiar periodismo, pero en ese tiempo estaba en el gobierno (Juan Carlos) Onganía, y la escuela de periodismo, que estaba en la Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, cerró”, recuerda. Y prosigue, indicando que pudo conocer que a esa carrera, la podía cursar
en La Plata o Mendoza. Finalmente eligió la provincia cuyana, ya que tenía familiares. “Eso fue en 1967, pero un año antes, entre noviembre y diciembre, escribí mis primeros reportes deportivos para Crónica”, explica.
Arturo Ledesma, el creador y director de aquel medio escrito que también hizo historia, era su tío y fue quien le otorgaría la posibilidad de incursionar, en ese caso, en el periodismo gráfico, con crónicas del campeonato local de básquet y el provincial, que se jugó ese año, en Hernando.
“A Mendoza, iba por el periodismo gráfico, no por la radio, y tal vez por el deportivo, que es una de las puertas por la que entra la mayoría y que luego incursionan en otra rama de la profesión”, reseña. Apenas pudo, mientras estudiaba, comenzó a trabajar en un medio mendocino. Se trataba de El Tiempo de Cuyo. “Era un diario chico en relación con Los Andes. Fue como cronista volante, no en relación de dependencia, sino que te pagan por cada nota publicada”, aclara. Luego, cumpliría con esa tarea en el Diario de Mendoza, que había surgido para competir con Los Andes.
“Salió con todo, y con firmas muy importantes de Buenos Aires que escribían”, señala. Aquella “aventura”, dice, duró unos dos años. “Era cronista de la sección deportes, que estaba a cargo de Rodolfo Braceli, un reconocido periodista”, amplía. Luego cumpliría con el servicio militar obligatorio, sin pedir prórroga. Al retornar, sus compañeros de la carrera cursaban el último año. Uno de ellos era Jorge Marziali, reconocido cantautor, fallecido en Cuba, cuando visitaba ese país.
Comenzó a trabajar en El Andino, un vespertino, propiedad de Los Andes. “Allí escribí sobre todos los deportes; un periodista de años, me había dicho: ‘no le digas que no, a nada’, y así lo hice”, rememora. Cubrió la mayoría de las disciplinas. Una de ellas sería el Polo. En una oportunidad, llamaron al jefe de la sección Deportes. Le preguntaron si había alguien que conociera algo de Polo, ya que había llegado un equipo de Buenos Aires, con uno de los mejores jugadores del país.
Me preguntó: ‘Herrerita, ¿sabés algo de Polo?’ Respondí: ‘No, pero puedo aprender sobre la marcha`. Así fui al campo de Polo, encontré a alguien de la comisión, y le pregunté sobre ese deporte, quien me dio un curso rápido. En aquel momento, claro, no le decía que ‘no’, a nada”. Una nueva etapa, la de LV 26 A esos artículos, como mucho de lo que realizó en su dilatada trayectoria como periodista, los guarda como un tesoro, al igual que a las grabaciones de relatos, programas, entrevistas, y fotografías, algunas de ellas, por ejemplo, con Ringo Bonavena o Nicolino Loche, entre otras.
Y llegó LV 26 Radio Río Tercero
En ese tiempo se comienza a escuchar que estaba por instalarse una radio en Río Tercero. Una tía, me hizo el contacto con Aldo Alignani, que estaba en la organización de la radio. Le comentaron sobre mí y se interesó, porque había locutores, como Omar Zucatti, Enzo Villafañe o Daniel Ponti, pero no tenían alguien que organizara el servicio informativo y el departamento de deportes. Tengo el telegrama en donde Alignani me convoca para presentarme a trabajar el 14 de julio de 1972. Desde esa fecha estoy en LV 26…
Desde la fase experimental, la de prueba…
Claro, pero además, no fue en el primer edificio, el de la calle Roque Saenz Peña, que lo estaban refaccionando, porque era una casa de familia, que tuvieron que adaptarla con estudios y oficinas. La organización de la radio fue en el último piso del edificio de Sportivo 9 de Julio, con Alignani, Pedro Nosotti, José Fernández Bruno y yo. Alignani, tuvo el buen criterio de conformar un equipo regional. Enzo Villafañe, por ejemplo, que era de Hernando, viajaba todos los días, al igual que Miguel Resiale, desde Villa Ascasubi
¿Y organizaste el servicio informativo?
Sí, con Miguel, Pedro, y Graciela Pedraza, una periodista que estuvo en la dirección de la revista de Tarjeta Naranja. Y también organicé “Deportemas”, que hoy es conducido por Jorge Galiano. El nombre fue mi idea. Jorge lo conoce. Bauticé a varios programas. Inicié Deportemas y Jorge fue quien comenzó con las transmisiones de fútbol. Deportemas tenía un equipo completísimo. En aquel tiempo era mucha la gente que quería colaborar.
¿Cuántas personas eran en el programa, en el estudio?
Y… debemos haber sido… ocho (sonríe), incluso hacían fila para ir leyendo las noticias que llegaban por la teletipo del servicio de Telam. Les iba entregando las mismas.
Y era muy rigurosa la selección, ¿verdad?
Rigurosísima. En aquel tiempo no hablaba cualquiera. Recuerda a jóvenes que se acercaron con inquietudes, como Jorge Melo que, con los años, no solo estaría en diferentes espacios de la emisora, sino que pasaría por distintos medios, hasta su fallecimiento; o Adrián Cragnolini, radicado en España, en donde es hoy corresponsal de Cadena 3. Mirá, un detalle: creo que fue en 2016, Adrián vino a casa y me dijo: “Vengo a agradecerte porque justo hoy, hace 40 años, vos me permitiste colaborar en Deportemas…”
Y Jorge Cuadrado, ¿no se inició en LV 26, cortando los cables deportivos de Telam?
Sí, y además, con los goles del Nacional, porque escuchábamos las radios de Buenos Aires o Córdoba, y se los pasábamos a quien conducía, escritos en
un papelito.
LV 26, como radio, fue una escuea de verdad …
Sin dudas. El caso de Adrián, es uno de esos ejemplos, porque al poco tiempo se fue a Córdoba, estuvo en LV 2, hizo televisión. Muchos se fueron a medios
cordobeses…
¿Imaginaste que te convertirías en relator?
Debo reconocerlo a Orlando Pereyra como el pionero del relato deportivo, porque lo hizo inclusive para Bical, que fue la antecesora de nuestra emisora. Era un circuito cerrado, que funcionaba primero como una propaladora, con los parlantes en el centro. En uno de los partidos que cubría para Crónica, lo encontré a Orlando, no nos conocíamos muy bien, y me dijo: “Estoy por transmitir para Bical, ¿no querés hacer los comentarios?” Y lo hice, en aquel tiempo (antes de marcharse a Mendoza y de los inicios de LV 26)…
¿Y después….?
Él también estaba en Deportemas con el boxeo. El primer relator del fútbol fue Aldo Alignani, después Orlando, y luego yo. El primer partido que relaté fue un domingo de junio de 1974, en Atlético Río Tercero, con el clásico, frente a 9 de Julio. Transmitíamos desde la terraza de “Manucho” Madruga. Veía a la cancha, no a lo ancho, sino a lo largo, y para colmo no tenía la menor idea, porque el relato deportivo no se estudia, sino que se aprende escuchando a los buenos. Y yo no había escuchado mucho relato deportivo. Se me ardieron los libros. Tengo una grabación de aquella época. Me da vergüenza ahora si la escucho. Jorge me trataba de ayudar, en ese momento. Estaba Alberto Ghirardotto, de locutor comercial, y Pedro, como siempre, apoyando. Fui relator del fútbol por 16 años, y Jorge el comentarista. Hubo un espacio, en donde él comentó para LV 16 Radio Río Cuarto y ocuparon ese lugar, Víctor Tenaguillo y Marcelo Ferreyra. En 1990 dejé el relato, porque me divorcié, y los domingos se los quería dedicar a mis hijas. Le dije a Jorge que me disculpara, y comenzaron varios a ocupar ese lugar, hasta que llega Jorge Tarquini.
¿Y con el básquet?
Fue también en 1974, por Pedro, quien propone que transmitiéramos los partidos. Y la radio, es la que potencia en realidad el campeonato local, con el clásico entre Sportivo 9 de Julio y Club Fábrica Militar. En uno de los encuentros, por ejemplo, en donde no había tanta gente, se armó un lío bárbaro. Lo transmitíamos y todos estaban muy pendientes. Al siguiente clásico, la cancha desbordaba de personas.
Las transmisiones de exteriores, con equipos muy diferentes a los actuales…
Sí, pero la calidad de la emisión era mejor que la de los celulares, Transmitíamos con un equipo VHF y para hacerlo desde 9 de Julio, Atlético, Caju de Almafuerte, Hernando, Corralito, el técnico, “Quito” Rodríguez, al que lo ayudábamos, por supuesto, tenía que “parar” una antena de cuatro tramos. Con el micrófono probaba con el operador de turno. En la radio, había una antena que tenía en la parte inferior un volante para orientarla. Era muy sacrificado transmitir desde lejos. Cuando lo hacíamos desde otros lugares, más lejanos, básquet, fútbol o boxeo, Entel te instalaba una línea fija y te cobraba por ello.
¿Qué deportes relataste?
Lo más importante de todo, fue la Fórmula 1, sin saber manejar, porque en aquel tiempo no tenía auto, ni tampoco intención de aprender. Ocurre que Pedro confiaba mucho en mí, y lo sigue haciendo. Relatamos tres veces Fórmula 1, porque estaba el “Lole” (Carlos Reuteman), porque importaba, porque teníamos el gran premio en la Argentina, en 1978, ’79, y ’80. No sé cómo hacía Pedro, pero conseguía 15 acreditaciones. Viajaban, por ejemplo, distintos locutores comerciales, en una oportunidad Raúl Juárez; en otra, Jorge Blatto. Y todo lo hacíamos con uno o dos micrófonos. Yo miraba la recta principal, mientras otro lo hacía con otros sectores del autódromo. Relaté, además, motociclismo de velocidad; turismo de carretera del ’47; el gran premio de ciclismo de Córdoba Turística; motocross; fui comentarista de boxeo con Orlando; no relaté, pero sí cubrí tenis; relaté el turismo nacional en Los Cóndores; pero siempre recuerdo y destaco, aquellos viajes a Buenos Aires. Eran toda una aventura. Sí, relaté, casi todo lo que había para relatar.
Y si era un partido de ping pong, y te decían que lo relataras, lo hacías…
Y sí. Como Pedro vendía los auspicios y realizaba todo para organizar las transmisiones…
“¡Doble, doble, doble, doble!” Fuiste considerado uno de los mejores relatores de básquet de la provincia de Córdoba…
Eso era lo que decía la gente…
Luque, estaba en LV 3, Humberto de Nápoli en otra radio…
Sí, es cierto, Humberto me lo dijo, me reconoce como un “maestro”. No sé, puede que haya impuesto como un estilo, con el “¡Doble, doble, doble!”, el ritmo, los modismos. Me reconozco mucho mejor relator de básquet que de fútbol, porque el básquet se jugaba bien, estabas más cerca, a diferencia del fútbol, en donde las canchas de la zona eran un desastre, o sea, un jugador de un equipo le quería entregar la pelota a un compañero y la recibía otro, porque se desviaba en un bordito, y resultaba muy difícil transmitir así. No era considerado un buen relator de fútbol, pero sí, puedo decir que en 16 años, a Jorge no le fallé nunca. Fui el que más años estuvo con él, relatando, sin faltar, porque yo soy así.
¿Por qué César “Verdad” Herrera?
En aquel tiempo, Orlando, era “La Voz joven del relato deportivo”; y José María Muñoz era “El relator de América”. Todos tenían un apodo, y dije, “bueno, también yo debo tenerlo”. Fue así, que me puse a mí mismo “Cesar ‘Verdad’ Herrera”. Hoy algunos pocos que me siguen llamando así. El mismo Jorge Galiano, por ejemplo, me dice “Verdad”.
¿Y en tenis? Obvio que relato no, me imagino…
No, claro, pero estuve cubriendo dos abiertos de la Argentina, en donde tengo un reportaje con Guillermo Vilas, a los que me llevó Daniel Madruga, papá de Ivana, en su mejor época, cuando era la número 1 del país. Cubrí, por ejemplo, la final que pierde con un hombre, que había cambiado de sexo, Renée Richards. Ivana gana el primer set, y pierde los dos restantes. Richards era alguien de mi altura, que efectivamente jugaba como un hombre e Ivana tenía 16 años; considero que era algo injusto. Cubrí ese torneo y un abierto que se hizo aquí, al que vinieron las seis mejores tenistas del país. Con los recuerdos, pero en plena actividad
¿Qué te dejó esta trayectoria, más allá de que continúes en actividad?
Mucho, por supuesto. Y sigo. Hace algunos días escuchaba en la radio que necesitaban un relator para el fútbol, me nombraron, José Barbero le dijo a Jorge, al aire, que me podían llamar a mí, y yo les comuniqué que estaba disponible, pero Jorge le respondió que ya estaba convocado José Pérez, de Embalse, alguien que viene del relato deportivo. O hace poco Mario “Quico” Pistelli cuando faltaba el “Nico” Cravero para el básquet…
Un buen relator el “Nico”…
Sí, sin dudas. Te aseguro, que me mido con el “Nico”, en mi mejor época, y pierdo, porque tiene mucha variedad de palabras, tiene giros que yo, por ejemplo,
no tengo. “Quico” lo iba a molestar a Gaspar Gerlero, pero me dijo que había pensado en mí para un partido de 9 de Julio por el Federal. Y bueno, ahí estuve
relatando en la transmisión de la Urbana…
¿Y en la televisión?
También hice algo para la televisión, sí, para Show Sport, cuando se enfermó Jorge Melo…
Mucho te deja esta profesión…
Muchos recuerdos, buenos amigos, como “Quico”, con quien tengo una muy buena relación; con Jorge Galliano, una amistad desde siempre. Y estoy en la mejor época de mi actividad, que es la única que tengo. Lo pasado ya pasó, voy a cumplir 70 años, pero sigo a full, preparando mi programa, casi minuciosamente, cada noche llevo un tema distinto para proponer. El deporte no es ajeno, pero es solo una parte de lo que hago, aunque me dejó, además de los recuerdos y amigos, vida. Me dejó vida…
Se termina la entrevista. No hay tiempo para más. Alguien lo está aguardando. Es su pequeña nieta, Francesca. Así es el periodista, locutor, relator, y ahora, además, abuelo. Tiene 50 años en la radio. No es poco. Se podría escribir un libro con la historia de César, pero los espacios en una publicación gráfica, son también tiranos, como son los segundos de una radio, esa que lo recibe todas las noches, de lunes a lunes, cuando su voz acompaña a quienes lo esperan.
En el momento en que la ciudad se entrega al descanso, él sigue despierto. La radio, como lo señala, es su vida, el lugar en donde relató casi todos los
deportes, y a la que continúa entregándole una pasión de “Verdad”, con la que construyó una historia, de total dedicación.
