Ivanna Madruga y sus inicios en Río Tercero: “En realidad, mi mentora como tenista fue mi abuela”
Fuente: La Voz del Interior
En casi todas las notas que dio a lo largo de toda su carrera, la tenista riotercerense Ivanna María Madruga siempre dijo que su abuelo influyó decididamente en los inicios de su carrera. En realidad, esa no es toda la historia, refuta ahora ella misma.
Ivanna fue la número uno del tenis femenino de Argentina y de Sudamerica por largos años y estuvo entre las 15 de arriba del ranking mundial. Hasta la aparición de Gabriela Sabattini, fue la principal figura que haya dado el tenis femenino argentino.
“Creí que era mi abuelo, pero mi mentora principal en realidad fue mi abuela paterna, Delia Ángela Donett de Madruga, quien jugó al tenis desde muy chica y siempre mantuvo a toda la familia en un club deportivo, donde estábamos todo el día practicando deportes, desde muy chicos”, cuenta Ivanna a La Voz.
La prima de Ivanna, Analía Pérez Madruga, asegura que su abuela influyó mucho en la carrera de Ivanna. Poco después, Daniel, el padre de Ivanna, fue clave a lo largo de toda su trayectoria deportiva nacional e internacional.
Ivanna reconoce que su abuela “marcó” su historia y que “fue visible”.
“Si no la hubiera puesto en el espacio propicio Ivanna no alcanza a hacer la carrera que hizo”, acota su prima.
LEGADO
Juntas, explican que no era sólo verla jugar al tenis a su abuela, sino que su legado fue más allá. La describen a cargo del matriarcado de la familia. Si bien aparecía su marido haciendo negocios, las nietas cuentas que “en realidad la visionaria y la que proponía hacerlos era “la abuela Delia”.
En ese marco, Ivanna destaca que a esta altura ya tiene más años de docencia que de tenista: “Amo la docencia, soy feliz con eso, también lo saqué de mi abuela, que vivía transmitiendo sus conocimientos”. Desde que dejó el tenis profesional, Ivanna da clases de ese deporte y sigue viviendo en su Río Tercero.
En casi todas las notas que dio a lo largo de toda su carrera, la tenista riotercerense Ivanna María Madruga siempre dijo que su abuelo influyó decididamente en los inicios de su carrera. En realidad, esa no es toda la historia, refuta ahora ella misma.
Ivanna fue la número uno del tenis femenino de Argentina y de Sudamerica por largos años y estuvo entre las 15 de arriba del ranking mundial. Hasta la aparición de Gabriela Sabattini, fue la principal figura que haya dado el tenis femenino argentino.
“Creí que era mi abuelo, pero mi mentora principal en realidad fue mi abuela paterna, Delia Ángela Donett de Madruga, quien jugó al tenis desde muy chica y siempre mantuvo a toda la familia en un club deportivo, donde estábamos todo el día practicando deportes, desde muy chicos”, cuenta Ivanna a La Voz.
La prima de Ivanna, Analía Pérez Madruga, asegura que su abuela influyó mucho en la carrera de Ivanna. Poco después, Daniel, el padre de Ivanna, fue clave a lo largo de toda su trayectoria deportiva nacional e internacional.
Ivanna reconoce que su abuela “marcó” su historia y que “fue visible”.
“Si no la hubiera puesto en el espacio propicio Ivanna no alcanza a hacer la carrera que hizo”, acota su prima.
“MATRIARCADO”
Tanto Ivanna como su prima, reconocen que Delia llevó adelante su familia al estilo de un matriarcado, donde ella definía o influía en muchas decisiones familiares, y la califican como “una visionaria hacia el futuro de una ciudad”.
Analía e Ivanna, las primas, entre recuerdos de la carrera profesional de Ivanna (La Voz)
Así fue –dicen– como Delia le dijo a su esposo que había que abrir la primera casa de venta de indumentaria deportiva: así nacía Casa Madruga.
Dicen que su abuela trabajaba todo el día pero que se hacía tiempo para ir a jugar al tenis. Ivanna vigilaba sigilosamente ese deporte desde niña.
“Mi abuela jugaba en pareja, con hombres; no había otras mujeres, No era lo común, para lo machista que se era en esa época, ella era muy ‘progre’ en ese espacio que lograba para las mujeres. Todo sucedía en las canchas que estaban al lado de donde hoy está el Polideportivo”, apunta Analía.
“En su familia pasaba todo a través de ella, estaba en todos los detalles”, cita Ivanna. “Nada la doblegaba, nunca la vimos con cara de triste”, agrega Analía sobre la abuela.
Delia también le decía a los hijos -dicen ambas- dónde comprar terrenos porque intuía hacia dónde iba a progresar la ciudad, según recuerda Analía.
“Nos criamos en el club 9 de Julio, nuestros padres ponían plata en el club”, explica Ivanna, con orgullo.
Cuentan que Delia siempre pensaba que “el lugar más saludable era el club”, por el hábito del deporte, y que por eso agrupaba a su familia en ese ámbito.
En un punto, Ivanna, hace un silencio en la nota y acota: “Todo esto tiene que ver con mi historia”. Al mismo tiempo, cuenta: “La veía jugar a mi abuela, con las dos canchas y los pinos, en el Club 9 de Julio, y tenía el pañuelo y la pollera”. La describe como si el tiempo no hubiese transcurrido.
Ambas coinciden en que Delia reparó en que “el deporte podía ser el sostén económico de la familia, y en un ambiente saludable, que era el club”.
“LAS MANOS DE LA ABUELA”
Analía agrega: “Y después salió un diamante en bruto jugando al tenis”, en claro alusión a los éxitos de Ivanna.
Con tono de orgullo, Analía recuerda que “la gente iba a ver a jugar a la abuela Delia, porque jugaba muy bien”.
El abuelo de Ivanna fue otro personaje: jugó al tenis hasta los 87 años. La abuela Delia, un poco menos.
Entre las anécdotas, relatan que una vez los abuelos viajaron a Europa y sólo lo hicieron en un barco que tuviera canchas de tenis. “No querían otro”, rememoran ambas.
Analía cita también que la casa de sus abuelos estaba llena de polvo de ladrillo: el que venía de las canchas de tenis. Eso quedó en su retina.
“Mi abuela marcó destino. Ivanna tuvo contacto de chica con el tenis, tenía el ambiente propicio que le ayudó a surgir. Ivanna tenía mucho acompañamiento familiar, y ese era el legado de mi abuela. Se vive en la unión, eso decía, lo marcaba siempre; la familia ante todo”, interpreta Analía sobre causas y consecuencias.
Ivanna refuerza que su abuela “era una líder”. Había nacido en Firmat (Santa Fe) donde también jugaba al tenis. Falleció a los 90 años.
Ivanna Madruga (a la derecha), cuando empezaba a brillar en las canchas de tenis del país y del exterior (Archivo)
TROFEOS GANADOS
Ivanna Madruga fue campeona provincial cuando tenía 10 años y a los 12 ya fue la número uno en Sudamérica en su categoría.
En 1978 alcanzó el puesto 16 en el ranking mundial de tenis femenino y dos años más tarde trepó al puesto 14.
En 1979 fue la primera en el Torneo de Buenos Aires. Fue dos veces finalista en dobles en torneos de Roland Garrós y en uno resultó campeona junto a Adriana Villagrán. En el US Open llegó a cuartos de final en 1980 y 1983. Entre mediados de los años ‘70 y ‘80, Ivana fue la tenista argentina más importante.